Luboslav Penev, «Lubo» para la afición de Mestalla, se convirtió en ídolo de toda una generación de niños que vivió el resurgimiento del Valencia CF a comienzos de la difícil década de los años 90. Su llegada a Mestalla en el verano de 1988 supuso todo una explosión mediática, ya que el delantero búlgaro se convertía en el primer gran fichaje internacional del club tras el regreso a Primera División. Delantero fuerte, alto, de buena técnica y velocidad, no tardó en ganarse a la grade de Mestalla por su capacidad de trabajo y sacrificio sobre el campo y por su espíritu indomable e inconformista, que le convertía en protagonista de casi todos los momentos conflictivos con rivales y árbitros, ayudando en buena medida a recuperar el carácter bronco de un Valencia que buscaba recuperar su sitio en el fútbol español y europeo.

Formado en las categorías inferiores del CSKA de Sofía, Penev debutó con el primer equipo a los 18 años de edad, en 1984. Cinco años después, el delantero había anotado 80 goles en 101 partidos, una marca suficiente para llamar la atención del fútbol europeo. Llegó a Mestalla para formar ataque con Eloy Olaya, con quien se entendió a la perfección desde el primer momento. Goleador insaciable y casi infalible desde el punto de penalty, también se atrevía con los libres directos y su liderazgo sobre el campo le acabó convirtiendo en capitán del equipo cuando Fernando no estaba sobre el campo. Insuperable en el juego aéreo, era el terror de los defensas rivales cuando asomaba por el área, y poseía un tremendo disparo con la diestra que le permitió superar a casi todos los porteros de la Liga.

Mantuvo una sana rivalidad deportiva con su compañero de selección Stoichkov, que jugaba en el Barcelona, con quien compartió rivalidad y alabanzas. Lubo era un fijo en la selección de Bulgaria (13 goles en 62 internacionalidades), pero un peligroso tumor le apartó del Mundial de 1994. Recuperado de la enfermedad con el tesón y pundonor que le caracterizaban, volvió con fuerzas para completar su última campaña que no pudo coronarse con el título de Copa. Lubo se marchó del Valencia aquel mismo verano, dejando tras de sí 88 goles y 36 asistencias en 207 partidos oficiales, y el recuerdo de «¡Lubo, Lubo!» resonando en la grada de Mestalla. Fichó por el Atlético de Madrid, donde ganó la Liga y la Copa del Rey, marcando 22 goles en 44 partidos. Cumplida la treintena fichó por el Compostela, donde se mantuvo a un buen nivel durante dos temporadas (36 goles en 75 partidos) y tras el descenso del equipo en el verano de 1998 fichó por el Celta, donde jugó 41 partidos y anotó 18 goles.

Finalizada su estancia en España, Lubo regresó a Bulgaria para jugar con el CSKA de Sofia, marcando 8 goles en 22 partidos hasta 2003. Luego fichó por el Lokomotiv Plovdiv, donde finalizó su carrera deportiva en julio de 2003. Una vez colgadas las botas, Lubo Penev inició una larga carrera como entrenador que le llevó ser el responsable de CSKA de Sofia (2009-2010 y 2015), Litex Lovech (2010-2011), Selección de Bulgaria (2011-2014) y Botev Plovdiv (2014 y 2016). En julio de 2017, el ex-delantero regresó a Valencia para convertirse en entrenador del Mestalla, pero los malos resultados cosechados provocaron su destitución en el mes de noviembre.